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Cómo sobrevivir un diagnóstico de cáncer y lidiar con la aseguradora

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Esta es una historia real sobre los costos asociados a un tratamiento de cáncer, desde el momento que fue detectado hasta el final del tratamiento inicial recomendado. No intenta ser una guía definitiva sino un documento que le permita analizar que tan preparado se encuentra para poder enfrentar una situación similar, aunque mi deseo más sincero es que nunca tenga que vivir algo así.

DIAGNÓSTICO

Mi cáncer fue encontrado durante una visita de rutina con el ginecólogo, mientras hacia la revisión normal para la toma de un Papanicolaou encontró algo que no debía estar allí, según sus propias palabras el examen saldría positivo por lo que recomendó hacer una biopsia para confirmar resultados y una serie adicional de pruebas para ir preparando el camino para una cirugía.

El Papanicolaou salió positivo y muestra para una biopsia fue enviada en calidad de urgente al patólogo, el mismo día que saliera el resultado tenía cita con el cirujano oncólogo para revisar opciones.

Creyendo que necesitaría una incapacidad por la cirugía que según yo era inminente, decidí que necesitaba sacar la cartilla de citas del IMSS y reportar el caso al instituto; obtuve el documento de vigencia de derechos del IMSS por internet (aquí) y me dirigí por la mañana al área de expedientes de la clínica que me correspondía, tuve que llevar  la CURP y una foto para que me entregaran de inmediato la cartilla, luego me pase a medicina preventiva donde informe a la enfermera en turno de mi caso, ella me recomendó pasara esa tarde con el médico general para que me consiguiera cita con el oncólogo cirujano.

Unas horas más tarde tuve la cita con cirujano oncólogo que me habían recomendado,  esperaba dijera “vamos a operar y eso es todo lo que necesita” pero no fue así;  luego de gritarle al patólogo por teléfono por no tener los resultados a tiempo y de hacer una revisión física concluyo que la cirugía no era opción, que requería radioterapia para reducir el tamaño del tumor antes de intentar removerlo.

“Va a estar usted muy bien” me dijo antes de terminar la consulta, de inmediato me refirió a un radio oncólogo y me entregó una nota médica con su recomendación de tratamiento.

El día no acababa, regrese al IMSS con el médico general quien documento el caso para pedir cita con el oncólogo, la cual me fue negada de entrada a pesar de llevar todos los resultados de mis exámenes por lo que me pasaron a jefatura clínica, la doctora en turno me pidió que fuera el día siguiente para conseguir la aprobación.

Inicie el día como una persona sana, para las 6:00 pm era ya una paciente oncológica.

Al día siguiente me presente con la doctora encargada de jefatura clínica, terminamos en dirección de la clínica donde alguien de muy alto rango autorizo me dieran una cita una semana después. Estando sentada junto con toda esa gente que buscaba asistencia inmediata no pude menos que sentirme fuera de lugar: yo tenía opciones que no dependían del IMSS.

Recomendaciones:

  • Digitalice todo su expediente aparte de sacar fotocopias de todos sus documentos, un USB o el celular siempre serán buenos medios para mantener su archivo personal.
  • Asegúrese que todos los documentos que vayan generándose de su caso tengan sus datos correctos: nombre, edad, fecha de nacimiento sobre todo si va a reportar el caso a la aseguradora.
  • Cree un archivo espejo para el IMSS, sobre todo si va a ser necesaria una incapacidad (una copia para el IMSS, una para la aseguradora, una para usted).
  • Saque una cita en el IMSS, siempre es buena idea tener una segunda opinión respecto a su diagnóstico.
  • Pida siempre facturas de todos los gastos médicos relacionados al diagnóstico, puede hacerlos deducibles de impuestos o pedir reembolso a la aseguradora.
  • Avise a su familia donde se encuentra su expediente médico, en caso de emergencia. Recuerdo haber dicho a mi hermana que dentro de mi bolsa estaban mi tarjeta del IMSS, la del SGMM y mi vigencia de derechos del IMSS.

DEFINICIÓN DEL TRATAMIENTO

Con el diagnostico en la mano ahora la tarea era pasar con los médicos responsables de determinar el tratamiento.

El radio oncólogo reviso todos los estudios que llevaba, me dio su recomendación de tratamiento así como la lista de efectos secundarios y cuidados que debía tener, podía escoger entre hacerlo local o en otra ciudad siendo que iba utilizando un SGMM (aclaro que en este momento todavía no había hecho el reporte a la aseguradora). El hospital fuera de mi ciudad era mejor opción debido a que el equipo para dar radioterapia era capaz de controlar mejor la radiación que el equipo local; los efectos secundarios se reducirían con esta tecnología y sería más tolerable. Pregunté el costo y el doctor dijo “como $140 000 pesos, es más barato fuera de la ciudad que aquí”; así que en ese momento le dije “será fuera de aquí, aunque no sé cómo voy a decirle a mi familia”.

El doctor contactaría al doctor, pediría la cotización y llenaría el informe de enfermedad, con esos documentos yo lo reportaría a la aseguradora para que hicieran el pago directo al  hospital. Buen plan, hasta que de su boca salió la palabra quimioterapia.

Yo no quería quimio, las referencias siempre eran malas: vómitos, pérdida de cabello, cansancio.

  • Necesita quimio, la voy a referir a otro oncólogo especializado en el tema.

Por dentro pensé “no voy a ir”, el doctor se dio cuenta de mis torcidas intenciones porque le pidió a su asistente que de inmediato contactara a este otro médico y me hiciera cita ya. No me pude escapar, el doctor dijo “que venga ahora” … su consultorio estaba a tres puertas de distancia.

Por enésima vez tuve que repetir mi historia, mostrar todos los resultados de los exámenes, el doctor dibujo en una hoja mi tumor y por primera vez me di cuenta que era real, me dio detalles sobre los medicamentos que usarían además de los probables efectos secundarios.


– Haga de cuenta que es como un suero

– ¿Se me va a caer el cabello?

–  No, no se le va a caer, su dosis es pequeña

– Pero yo no quiero tomar quimio doctor ¿es indispensable?

Listo una serie de datos estadísticos sobre la efectividad de la combinación de quimio con radio, todo iba bien hasta que hizo referencias las estadísticas de esperanza vida para mujeres en México.

  • Vamos a pelear por 30 años que le debe la vida, todos sus datos indican que su estado de salud es muy bueno, sin cáncer usted debería llegar a viejita.
  • ¿Cuántas sesiones de quimio dijo que eran?”

El doctor me pidió que hiciera cita otro día porque su asistente no estaba y necesitaba crear mi expediente.

  • ¿Cuánto le debo? La consulta no estaba programada, no traigo dinero en efectivo.
  • No se preocupe, esta consulta considérela de cortesía, pero regrese por favor.

Dos días después regrese, el doctor lleno el reporte de enfermedad para la aseguradora, el plan era iniciar el tratamiento en dos semanas.

Faltaba una cita en el IMSS con la oncóloga, por enésima vez describí mi caso con la evidencia de todos los exámenes, pruebas y evaluaciones, la doctora pregunto qué quería hacer, si me trataría por fuera o con el IMSS a lo que respondí que la cita la había obtenido cuando creía que iba a requerir cirugía e incapacidad, ahora tomaría tratamiento en otra ciudad y no estaba segura ….

  • ¿Va a requerir incapacidad?
  • Yo creo que no, voy a pedir oportunidad de trabajar desde donde este.
  • No puedo darle la incapacidad si se trata por otros medios que no sean el IMSS, pero puedo darle una nota para que en caso de que lo necesite pase con su médico general.
  • Gracias.
  • Pida otra cita para ver cómo evoluciona.

Una cita para tres meses después, la nota médica para incapacidad nunca la utilicé, en el trabajo negocie hacer “home-office” bajo ciertas condiciones.

Recomendaciones:

  • Pregunte al médico por opciones de hospitales para tratamiento, analice si su mejor opción es local o no, si vive en localidades pequeñas quizás no tenga otra opción más que ir a otro lado.
  • Notifique a su patrón, no llegue de un día para otro con una incapacidad a menos que no tenga otra opción.
  • De seguimiento a su caso con el IMSS aunque no vaya a tomar el tratamiento en el instituto, puede necesitar una incapacidad posterior. El doctor puede darle una nota médica para uso posterior, aparte que es de suma importancia si va a ir a otra ciudad para tener antecedentes de su caso.
  • Si su suma asegurada se acaba, podría continuar con el tratamiento en el IMSS pero necesita reportar la enfermedad y darle seguimiento.
  • Compare tratamientos ofrecidos entre el IMSS y la aseguradora, en ocasiones son exactamente en el mismo lugar ya que el IMSS subroga servicios, solo es cuestión de checar los tiempos de espera para decidir el tratamiento.
  • Los doctores que trabajan en el IMSS también ofrecen consulta privada, si tiene sus dudas sobre la capacidad de los mismos investigue la reputación que tienen.
  • Si el tratamiento lo va a llevar fuera de la ciudad, necesita una cantidad adicional para cubrir gastos de hospedaje, transporte y alimentación no solo para usted sino también para quien lo vaya a acompañar. En mi caso me fui sola a tomar el tratamiento, pero si algún procedimiento requiere que un familiar firme responsiva médica, entonces alguien lo debe acompañar.
  • Pregunte si el hospital donde recibirá tratamiento tiene convenios con lugares de hospedaje cercanos, cualquier descuento es bueno en estos casos.

TRÁMITES CON LA ASEGURADORA

En este caso existía un SGMM grupal otorgado por la empresa con un límite de 1000 UMAS, el cual además contaba con una prestación donde como empleado podía pagar un excedente para reducir el deducible y eliminar el coaseguro, este beneficio  se encontraba vigente en el momento de reportar la enfermedad; como podía esperar algunas semanas para iniciar el tratamiento la opción que usé fue pago directo al hospital por parte de la aseguradora, para eso se le envió en un paquete que incluía:

  • La solicitud del pago directo
  • Los reportes médicos en formato de la aseguradora
  • Los resultados de los exámenes
  • Las cotizaciones de los tratamientos
  • Documentos que identificaran al paciente como asegurado

Por cada tratamiento se envió un paquete  por correo electrónico  (una para quimio – otra radio), en ambos casos la aseguradora respondió en 48 horas, para inicio del tratamiento todo estaba aprobado y solo fue cuestión de programar horarios. El documento de aprobación incluía detalles de los costos de coaseguro y deducible a cargo del titular.

Recomendaciones:

  • Lea bien su póliza de SGMM para que confirme las condiciones de las mismas, para cuanto le alcanza.
  • Lea los formatos con atención antes de llenarlos, para que tenga todos los documentos o referencias necesarias y no pierda tiempo buscando un dato.
  • Mantenga una copia  de sus aprobaciones en su teléfono, todo mundo tiene un correo electrónico y es muy sencillo enviar una copia cuando sea requerida en lugar de cargar documentos físicos.
  • Confirme de inmediato a cuánto va a ascender el deducible y coaseguro. El deducible se paga antes de iniciar el tratamiento, el coaseguro al terminar.

TRATAMIENTO

La selección del hospital termino siendo un éxito porque todas las citas y procedimientos eran realizados en el mismo lugar, llegaba los lunes temprano a las tres horas quimioterapia, de allí pasaba a radioterapia con solo cambiar de piso. El servicio además incluía medicina de dolor, seguimiento nutricional, atención psicológica y de  tanatología, una sola persona administraba todas las citas y enviaba los recordatorios indicados.

En la primera quimioterapia hubo efectos secundarios y en la noche ya tenía náuseas y vómitos, el doctor recetó unas pastillas de las cuales no existe genérico y siete días de las mismas costaba casi $1000 pesos. Cada semana aparecía un síntoma nuevo hasta tenerlos todos: náusea, vómito, falta de apetito, cansancio extremo, pérdida de oído y de memoria, problemas digestivos, taquicardia, zumbidos en el oído, resequedad extrema en la piel y manchas en la zona irradiada, vértigo, pérdida de peso.

Quimioterapia

Para la cuarta semana ya había perdido cuatro kilos, los exámenes de sangre indicaban que todo seguía normal y podía continuar con el tratamiento; mi sistema inmunológico dio batalla todo el tiempo.

Para la quinta semana empezó la pérdida de  cabello en cantidades exageradas, el cansancio era brutal.

Para la sexta semana nadaba en la ropa, seguía perdiendo cabello pero no parecía que fuera quedar calva y lo que quedaba parecía estropajo, era difícil levantarse motivada y contaba los días que faltaban para regresar a donde todo mundo parecía estarme esperando.

Seis semanas después de iniciado el tratamiento regresamos a la ciudad de partida, alguien más tuvo que manejar el auto de regreso.

Recomendaciones

  • Confirme con el hospital si no tienen problemas con la aseguradora, no vayan a detener su tratamiento porque algo no fluye como debería. Pude ver como personas eran regresadas porque la institución que paga no había liberado los medicamentos.
  • Ponga mucha atención a las instrucciones de los médicos y las enfermeras, tome nota de todo, sobre todo a las instrucciones de alimentación porque hacen una enorme diferencia.
  • Describa todos los síntomas que padece por pequeños que sean, pueden hacer la diferencia entre tener un buen y un mal día porque siempre habrá algún medicamento que le puedan indicar.
  • Lleve un control de dónde le administran la quimioterapia, para que rote venas y tengan tiempo de recuperarse, las va a necesitar para los exámenes de sangre posteriores.
  • Lleve un registro de todos los medicamentos que le van a recetar, las fotos fueron la mejor manera de tener organizado todo para las visitas subsecuentes con todos los médicos que lo van a atender.
  • Prepare una cantidad para compra de medicamentos que no van a estar cubiertos por el SGMM pero que serán vitales para reducir efectos secundarios desagradables. Aproveche el internet y compare precios entre varias farmacias.
  • Pregunte a su aseguradora si cuenta con descuentos en medicamentos
  • Algunas farmacias tienen servicio gratuito de entrega de medicamentos con la compra, aproveche.

COSTOS HOSPEDAJE, TRANSPORTE COMIDA Y MEDICAMENTOS

Cerca del hospital existía un hotel especializado en estancias prolongadas el cual ofrecía un descuento para quienes asistieran a tratamiento médico, el plan original fue de cinco semanas, pero debido a problemas con uno de los equipos terminaron siendo seis semanas, al final recibí descuento como del 20% en toda la estadía.

Para viajar a esa otra ciudad usamos mi auto  por la cercanía física (4 horas de viaje). Unas semanas antes se le hizo el servicio completo y se renovó el seguro del mismo, estaba listo para sacarlo a carretera. Para los viajes locales era más recomendable utilizar Uber  debido a  efectos secundarios que podían ser incapacitantes.

El plan original había sido comprar despensa para preparar comida casera, pero a medida que avanzó el tratamiento y los efectos se dejaron sentir ya no se pudo, aparte que estaba contraindicado para alguien que recibía radiación. Igual que con el transporte UberEats entro al rescate, aunque obviamente supuso mayor gasto.

SEGUNDA PARTE DEL TRATAMIENTO

Una vez terminada la quimio-radio había que regresar a la ciudad de origen, luego descansar unas semanas de todos los procedimientos. Me presenté a trabajar cuatro días después de haber terminado radioterapia y aunque tenía todavía efectos de la quimioterapia el hecho de tener una rutina me daba cierto confort y había que agarrar valor porque faltaba otro tratamiento: la braquiterapia y como este procedimiento se hace bajo anestesia general había que pasar por evaluación del médico internista.

Más exámenes médicos, además tratar de conseguir una cita con un internista con menos de dos semanas de anticipación era tarea imposible, a menos que tengas una enfermera en tu familia quien pidió el favor a un compañero de trabajo; el internista  nos recibió una tarde e hizo su reporte después de revisar placa de tórax, electrocardiograma y exámenes de sangre.

  • Doctor ¿Sus honorarios?
  • ¿No le dijeron que era un favor personal?
  • No sabía doctor, muchas gracias.

Por segunda vez en todo este proceso recibí atención sin pago de por medio

El  reporte indicaba que era apta,  regrese con el radio oncólogo y al día siguiente estaba en la clínica local de atención al cáncer para programar cuatro sesiones, el objetivo era terminar antes que acabara diciembre pero resulta que el calendario estaba lleno. Otra vez hubo que preparar el reporte médico, enviar la solicitud de pago directo a la aseguradora  y seguir las instrucciones del doctor.

No sé cómo le hizo el doctor pero consiguió espacio, así que aunque no tenía la aprobación de la aseguradora empezamos con las sesiones, recuerdo haber platicado con la administradora del lugar cuando salí el primer día, pedí la cuenta donde podía transferir y prometí pagar por mi cuenta, lo cual no fue necesario porque ese mismo día pasadas las 5:00 pm estaba la aprobación.

Cada sesión era más difícil de tolerar, la última fue de terror porque cambiaron al anestesiólogo y no me pudieron encontrar una vena por donde pasar medicamento, entre la quimio y las sesiones de braquiterapia anterior me las había acabado. Terminaron durmiéndome con gas y pasaron medicamentos por medio intramuscular, pero mi recompensa vendría al salir porque el doctor me tenía buenas noticias: mi tumor se había reducido, ya no era de 5 centímetros ni estaba extendido , era pequeñito y podía reducirse más con esta última sesión de radiación, tentativamente podría removerse.

  • 25 sesiones de radiación
  • 5 sesiones de quimioterapia
  • 4 sesiones de braquiterapia

Muchos días con vómito, nauseas, cansancio y Voldemort estaba perdiendo esta batalla (mi tumor se llamaba Voldemort). Semanas después debía ser evaluada otra vez por el oncólogo cirujano privado y la oncóloga cirujana del IMSS, esta evaluación fue no concluyente en cuanto a  confirmar que el tumor ya no estaba porque todavía estaba inflamada por la radiación, había que esperar más tiempo.

Que los dos oncólogos te digan “se ve usted muy bien” me hizo el día.

Finalmente pude hacer el tan esperado examen, el doctor envió dos muestras al laboratorio y tuve que esperar dos semanas para recibir los resultados de boca del médico: citología negativa, no hay células cancerosas en la muestra analizada por tres personas ……

Han sido seis largos meses, pero hoy ya soy una paciente sin cáncer. No puedo cantar victoria, me quedan cinco años de constante seguimiento médico para que me puedan considerar curada.

Recomendaciones

  • Lleve el control de cuanto de su suma asegurada se ha gastado en tratamiento, recuerde que de ahora en adelante esta es una preexistencia y no podrá conseguir cubrimiento por otra empresa.
  • Pregunte a su doctor si viendo su avance será necesario hacer procedimientos o pruebas de diagnóstico adicionales.
  • Cuide su alimentación, es lo que lo mantendrá de pie y hará que se recupere más pronto. No necesita comprar productos orgánicos o complementos alimenticios, solo comer natural y bien.
  • Reporte a su doctor cualquier síntoma o dolor que sienta, las molestias deberían irse reduciendo en lugar de aumentar. En mi caso particular decidí prácticamente evitar los analgésicos, solo de esa manera podía evaluar si mi cuerpo iba sanando.
  • Descanse, el cuerpo lo necesita para sanar.
  • Dese un apapacho si el doctor se lo permite, la parte cosmética es importante para mantener la moral alta porque hay volver a ser quien uno fue.

COSTOS TOTALES

  • Para la aseguradora fueron $409,105 pesos
  • Deducible pagado por paciente $1125 pesos
  • Coaseguro $0 pesos
  • Gastos no deducibles pagados por paciente (hospedaje, alimentos, gasolina, medicamentos) alrededor de $27,000 pesos divididos en cuatro meses.
  • Gastos deducibles de impuestos pagados por paciente (pruebas, exámenes, consultas) alrededor de $10,000 pesos divididos en cuatro meses.

¿Qué cómo se tantos detalles de este caso? La paciente fui yo, la redactora de este blog.

Lecciones aprendidas:

  • Haber pagado para que el coaseguro haya sido cero fue la mejor inversión.
  • Haber tenido dentro del fondo de emergencia una cantidad equivalente al coaseguro que no pague sirvió para cubrir todos los gastos no cubiertos por el SGMM sin tener que tomar crédito.
  • Avisar a tu familia que tienes cáncer y que tienes que empezar a tomar tratamiento es algo muy difícil, pero el asunto se vuelve menos denso cuando sabes que tienes medios y seguros para cubrir el evento; reduce el estrés tanto para el paciente como la familia además de que les permite enfocarse en la salud y no en los pesos.
  • Sus agentes de seguro serán aliados importantes para hacer el proceso menos complicado, manténgase en contacto con ellos de manera constante.

Mi no muy corta lista de agradecimientos.

  • Dios
  • Mi familia
  • Doctor González (ginecólogo urólogo)
  • Doctor Pimentel (radioterapia-braquiterapia)
  • Doctor Barajas (quimioterapia)
  • Aseguradora Allianz
  • Equipo de quimioterapia y radiología del CAIC, Hospital Christus Muguerza en la Ciudad de Chihuahua.
  • Equipo de braquiterapia del Instituto Regional del Tratamiento del Cáncer, Ciudad Juárez.

La música de BTS, “I´m fine” fue mi canción himno antes y después de cada tratamiento.


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